17.12.14

La Concejala de Igualdad

La Concejala de Igualdad fue primero una obra de teatro. Entregada a la editorial, vieron que tenía muchas posibilidades a la hora de transformarla en cómic. Y así se hizo. El texto de Teresa Domingo - que se publica íntegro - inspiró los dibujos de todos los personajes, realizados por Frigault García: Todas mujeres, en una burla consciente de todos aquellos concursos, certámenes y demás donde se piden obras con personajes femeninos y feministas.
Con tono irreverente e irónico, tanto el texto como el dibujo se ríen de cosas muy serias: los sistemas de cuotas, la discriminación positiva y las celebraciones absurdas.
Detrás de esta comedia disparatada y esperpéntica, laten problemas importantes: cómo el sistema, con un presunto interés en erradicar el machismo de la sociedad, lo ha empeorado, con sus leyes en pro de una igualdad que, de ser auténtica, debería empezar en la infancia, luchando siempre contra la uniformidad y la desexualización que nos quieren imponer.
Estoy muy contenta de ser mujer y los hombres NO son mis enemigos. 


10.12.14

Entrevista a Juan García Larrondo por la comedia Agosto en Buenos Aires

P.-¿De qué trata Agosto en Buenos Aires?
R.- Es una comedia de enredo -clásica en estructura pero creo que innovadora en su argumento- que narra la historia de una pareja de chicos que ponen su casa en alquiler, antes de marcharse durante un mes al Río de La Plata. Casualidades de la vida, son dos argentinas –madre e hija- quienes alquilan finalmente el piso. Por un cambio de última hora, los hombres deben suspender el viaje y, a regañadientes, acaban decidiendo convivir los cuatro juntos en el piso durante el mes de agosto. Lo que, al principio, parece ser una experiencia divertida, de intercambio cultural entre dos mundos diferentes, en realidad, termina convirtiéndose en una pesadilla. La madre, una olvidada diva de la ópera con poderes paranormales y de ideas bastante retrógradas, hace uso de sus malas artes para conseguir que uno de los chicos se enamore, mediante hechizos, de su hija, que es una joven acomplejada y que, además, acaba de quedarse embarazada de un alto cargo del gobierno de Argentina. Todo se complica cuando los antepasados de la matriarca se le aparecen desde la ultratumba para tratar de frenar el aquelarre y recordarle las cuentas pendientes que mantiene, no ya solo con los vivos, sino también con sus familiares fallecidos. En realidad, es un melodrama que se mueve entre dos mundos, entre lo cómico y lo trágico pero, en el que, al final, todos acabarán comiendo perdices, cada cual en el mundo que le pertenece.

P.-¿Cómo nació esta obra?
R.- Al principio como reacción o, incluso, como poética venganza. Nunca he ocultado que mi biografía se desangra más de lo debido en casi toda mi obra literaria. Confieso que, detrás de este palimpsesto, se transparenta un anhelo de hacer, en ficción, lo que la realidad a menudo me negaba. Me apetecía escribir una historia sobre hombres que se amaban y necesitaba que esa aventura acabara felizmente, cosa que no era muy habitual ni en el cine ni en el teatro de la época en que esbocé la primera versión del texto, más o menos a mediados de los 90. Tampoco es que ahora esto sea un cuento de hadas. Pero, bueno, a veces apetece reírse un poco mientras se atraviesa el valle de lágrimas.

 P.- Vista la obra con perspectiva, ¿No resulta curioso cómo ha cambiado la forma de ver la homosexualidad y en un tiempo que –históricamente- podría considerarse breve?
R.- Siempre he preferido no poner adjetivos a los afectos y raramente suelo referirme con ese tipo de palabras al hablar de las personas del mismo sexo que se aman o se sienten atraídas. Evito usar determinados términos de forma deliberada porque nunca me ha gustado ponerle nombres a los afectos, ni distinguirlos, ni amortajarlos bajo ninguna bandera. Lo que conocemos desde el siglo XIX como “homosexualidad”, en realidad, es solo un concepto  reduccionista y creado ex profeso para definir una “anomalía” que, en lo esencial, por el mero hecho de existir como término, es en sí peyorativo, diferenciador y exclusivista. Lo que cambian son las modas, las visiones e, incluso, la memoria. Ahora todo parece más “normal”, más visible, incluso más “moderno” y, qué duda cabe, al menos las leyes han dado pasos de gigante para garantizar que las minorías puedan ampararse en leyes y en derechos para protegerse de la barbarie, la intolerancia y poder escribir obras como esta sin que tenga que pasar absolutamente nada. Cuando escribí de nuevo “Agosto en Buenos Aires”, en el año 2013, tuve que modificar algunos pasajes que se habían quedado obsoletos pero, si lo sopeso bien, solo en determinados aspectos formales. La “normalidad” que defendemos y el cambio verdadero solo será real cuando dejemos de hablar sobre el tema y no tengamos que justificar nada ante nadie. Como dice el refrán: el corazón tiene razones que el corazón no “entiende”. Y ni falta que hace que las entienda.

 P.- Las mujeres de esta obra son muy peculiares y más su relación con los muertos. ¿Nos la explicas?
R.- Otro sambenito. Siempre me han dicho que conozco bien el universo femenino y que suelo construir personajes para mujeres que no parecen haber sido escritos por un hombre. Sin embargo, como antes explicaba, intento huir constantemente de los tópicos de género, valga el personaje de “Celeste Flora” como ejemplo. En esta obra es cierto que hay algo “paródico” en los roles de Aurora y de Hiperbórea, como lo hay también en el resto del elenco masculino. Son estereotipos poco creíbles, incluso sus motivaciones son meramente anecdóticas. El personaje de la madre, con poderes sobrenaturales y de sobrepeso, cantante de ópera venida a menos y, para colmo, de ideología reaccionaria, es pura pantomima: una impostura forzada para buscar la risa fácil. Su capacidad para hacer magia –o, en su caso, brujería- y para poder ver a los muertos es lo que realmente al final la salva. A ella y a la hija, pues ambas son clarividentes por estirpe. Aún así, tampoco es la primera vez que, en mi obra literaria, los muertos vuelven a la vida para salvarse -o para suicidarse y morir de nuevo- como en el caso de “Mariquita aparece ahogada en una cesta” o en “La cara okulta de Selene Sherry”. De hecho, Hiperbórea es hermana de Meteora, uno de los personajes principales de esas “Comedias Selektras” principalmente protagonizadas por mujeres en absoluto convencionales. Igual llevo toda mi vida escribiendo sobre “ángeles” y todavía no me he dado cuenta.

P.-¿Cuáles son los requerimientos técnicos y de actores para representar Agosto en Buenos Aires?
R.- Los personajes protagonistas de la obra son cuatro, dos hombres y dos mujeres. Luego hay varios personajes secundarios que, de cara a un posible montaje, quizás podrían ser interpretados por otros cuatros actores y, salvo las escenas de apariciones fantasmales, que son pocas, todo el argumento se desarrolla en el interior de una torre mirador de Cádiz. Un Cádiz, eso sí, utópico y de fantasiosas coordenadas. No creo que sea una obra que requiera ni de un montaje complicado ni de un gran despliegue de medios, como suele ser lo habitual en casi toda mi producción dramática. Es un melodrama de tres actos, en la línea de las comedias costumbritas de Arniches o Pedro Muñoz Seca. El reto es representarla sin que lo parezca.

 P.-En la entrega del Premio El Espectáculo teatral y la presentación de Agosto en Buenos Aires participaron Pedro Víllora y Juan Carlos Pérez de la Fuente. ¿Cómo viviste el momento?
R.- Sumamente emocionado, como no podía ser de otra forma. Para mi fue un honor y un regalo compartir mesa con profesionales de esa talla. Víllora, que fue el autor premiado en la edición del año pasado, me sacó los colores dedicándome unas hermosísimas palabras y a Juan Carlos fue un placer volver a reencontrármelo después de tantos años. Más que un premio, ha sido un regalo inesperado y en un momento muy especial de mi vida. Y me encantó que, al mismo tiempo, galardonaran también a Ediciones Irreverentes con el premio a la Mejor Labor Editorial del año. Cualquier reconocimiento a la obra de un creador supone un impulso, una toma de conciencia de que lo que haces puede gustar a otros. De hecho, en un momento dado, te facilita creer más en ti mismo. Todos necesitamos un empujón a nuestro trabajo para seguir dedicándonos a esto con ilusión y con ganas. Mi más sincero agradecimiento a todos los que me han permitido poder tocar un sueño cuando apenas lo esperaba.

P.-¿En qué lugares ha sido representada tu obra? 
R.- Para ser un autor afincado en las provincias, mis textos han sido representados en más lugares de los que jamás habría imaginado. Creo que he sido muy afortunado en ese sentido. Mi obra ha llegado a prestigiosos festivales internacionales de Estados Unidos, Argentina, Venezuela, Brasil, Colombia, Chile, Uruguay… y a muchos otros sitios de España, como Madrid o Barcelona. Pero, sobre todo, mi voz se ha escuchado profusamente en Andalucía gracias al trabajo de varias compañías. Si no “profeta”, sí que he tenido la fortuna de ser “evangelista” en mi propia tierra y, algunos de mis textos, como “El Último Dios”, “Al Mutamid” o “Celeste Flora” han visitado muchos teatros de todo el Sur. Con el Centro Andaluz de Teatro, por ejemplo, también llegué a colaborar frecuentemente en varios espectáculos colectivos como “Los siete pecados capitales” o adaptando la obra de Albert Camus “El estado de sitio” hace un par de años. Cuando otros profesionales del mundo escénico nos estrenan, en realidad, los autores perdemos el control de nuestras palabras. En ese sentido, he sido un dramaturgo muy bien tratado. Y eso que mi teatro no es del que sea fácilmente representable y, menos, en estos tiempos, donde los medios escasean, las funciones no pueden durar más de una hora y, para colmo, el elenco de actores y la escenografía deben caber, como dice mi amiga Kiti Mánver, dentro de un coche para abaratar costes de gira. Tarde o temprano los espectadores acabarán cansándose de tanto monólogo y de tanto “microteatro” y volverán a producirse grandes dramas corales como los de antaño. Espero seguir en activo para entonces, por que aún tengo por ahí algún que otro “peplum” que estrenar con todo lujo de despilfarros…

P.-Para quienes no te conozcan, como autor ¿qué autores pueden haberte marcado a la hora de crear tu estilo literario?
R.- Qué difícil responder. ¡Serían tantos! Principalmente Lorca, Valle, Calderón, Beckett, Koltés y, en general, todos los clásicos. Soy un autor muy influenciable y por cualquier tipo de género literario. Depende de la época, del momento en que un libro llegue a tus manos…Escritores como Marguerite Yourcenar, Borges, Unamuno, Poe, Teresa de Mello, Albert Camus, Brecht o, incluso, Agatha Christie o Julio Verne han sido cruciales en mi vida y, por ende, en la forma en que he ido escribiendo posteriormente algunas de mis obras literarias, no exclusivamente teatrales. El estilo aparece y desaparece, en ocasiones, y nunca deja de formarse. He tenido, además, la suerte y la desgracia de ser bibliotecario durante años. Suerte de poder elegir todo tipo de lecturas y desgracia de ver cuánto se escribe y no tener años de vida suficientes para leerlo todo. Hoy en día, los escritores ya no reciben ni tantas influencias de obras literarias ni tampoco de la Literatura, como nos pensamos. No hay tiempo ni espacio para procesar la sobredosis de información que recibimos. Los manantiales de creatividad empiezan a agotarse. Me asusta que perdamos inventiva, imaginación, que no estemos siendo originales y que, en el fondo, llevemos tiempo reescribiendo lo que otros ya escribieron antes. La mejor influencia es la que nadie nota. No hay peor enemigo para la fantasía de un creador que la realidad de su propia época contada en un telediario y querer escribir luego sobre ello.


P.-Aunque eres un autor multipremiado, vives lejos de la capital y eso puede influir en la forma de difundir tu obra teatral. ¿No crees que quizá habría que hacer algo institucionalmente para facilitar la difusión por toda España de las obras de los autores que vivís en la periferia?

R.- Por supuesto, pero ¿cómo? Recuerdo que, hace años, nos reunimos varios autores andaluces en la Sala Olimpia de Madrid para reivindicar, en un acto simbólico, nuestra presencia en los escenarios madrileños. Juan Carlos Pérez de La Fuente estaba allí con nosotros, precisamente. Tan solo en la capital, actualmente el número de dramaturgos en activo es incontable e, incluso, inasumible para los medios y espacios de que se disponen. A los que nos dedicamos a escribir también guiones televisivos nos pasa exactamente lo mismo. No hay series, ni trabajo, ni compañías para todos y, por otro lado, asistimos a un momento en que, además, hay infinidad de autores jóvenes emergentes provenientes de las Escuelas de Arte Dramático de toda España o esteparios que crean a su albedrío. Las obras teatrales se amontonan en cajones, en comisiones de lecturas de los teatros públicos o en los correos electrónicos de las pocas y heroicas editoriales que sobreviven publicando textos dramáticos. Si, encima, no vives en Madrid, no te mueves por la villa y corte como pez en el agua o no eres un autor de moda, ¿cómo pretender que te estrenen sin tirar la toalla en el intento? Naturalmente que las instituciones estatales deberían compensar las ayudas a la creación, los estrenos y la difusión de los mismos descentralizando un poco sus ámbitos de actuación, pero no sabría con qué criterios ni si sería proporcionalmente justo. Sobre todo por que, en este país, si no estrenas en las grandes ciudades, si no sales en la prensa nacional o si no estás bien relacionado en los ambientes teatrales, aunque poseas un gran talento, en realidad, ni siquiera existes. Es como una tómbola en la muchos matarían por ser amigo de alguien que trabaje en la televisión o en alguna institución cultural pública. La situación en la periferia es, si cabe, mucho más triste. En Andalucía, por ejemplo, que es una comunidad enorme donde sobrevivimos también como podemos otras decenas de autores, el bucle se repite: si tienes la suerte de estrenar algo en una localidad remota pero no se hacen eco de ello las hemerotecas de Sevilla, sigues siendo igual de invisible. Las instituciones están bloqueadas, paralizadas, sin presupuesto. La crisis lo ha parado todo. Conozco a muchos profesionales y amigos que lo están pasando verdaderamente mal y, desgraciadamente, tanta adversidad no agudiza más el ingenio. Eso es una infamia. A veces me da hasta pudor confesar que, en mi caso, creo haber tenido una gran suerte. Yo no solo vivo en la periferia: vivo en la tangencia de todo, a seiscientos kilómetros de la presentación de un libro, de un estreno aunque no sea mío, de una lectura dramatizada o de una mesa redonda con los compañeros de la Asociación de Autores de Teatro. No trabajo ni más ni menos que cualquier otro dramaturgo de España, ni creo ser ni mejor ni peor que muchos. Pero, ante la vorágine y la realidad, lo mejor es no rendirse ni perder el equilibrio. Escribir es lo único que creo hacer más o menos bien y, para hacerlo, hay que perder algunos trenes o hay que llevarse el portátil viajando en turista hasta Madrid o las Antípodas las veces que hagan falta. Es lo bueno y lo malo que tiene vivir de la farándula, que hay que saber pecar y hacer milagros al mimo tiempo.

5.12.14

“El profe”, de Jean-Pierre Dopagne, en Réplika Teatro, diciembre de 2014


Réplika Teatro y Amara Producciones llevan a escena el divertido y corrosivo texto del autor belga Jean-Pierre Dopagne, representado con éxito en Francia y señalado por la crítica como una ácida visión del sistema educativo, que conduce a una necesaria reflexión sobre la lucha cotidiana a la que se enfrentan los profesores en las aulas. El autor nos enfrenta a un escenario que en realidad es un castigo para el profesor, quien –recordando las mejores interpretaciones de Roberto Begnini, aunque sin sus exageraciones- nos hace reír ante los defectos del sistema educativo y, sobre todo, ante la burricie de las generaciones que han nacido en el todo vale, la comodidad y la pereza.

            El actor Gabriel Garbisu se pone en la piel del Profe para narrar en primera persona la historia de este docente, al que su propia vocación le condena a una tortura diaria, en la que la desmotivación y la violencia acaban provocando su perdición. Aunque peor lo llevaron otros, aunque no decimos quienes para no restarle gracia al texto.

            Jaroslaw Bielski dirige este lúcido monólogo que aborda, con mucha ironía, la parte más cruda de la enseñanza y la incultura generalizada de la sociedad occidental, que no tiene excusas para serlo. Es una comedia que representa tanto la realidad belga como la española, la francesa y casi la de cualquier país occidental.

Somos idiotas porque es lo más inteligente en La Escalera de Jacob, diciembre de 2014


La compañía Martelache re-estrena mañana, sábado, 6 de diciembre, a las 22,30h la comedia Somos idiotas porque es lo más inteligente, con Chema Rodríguez-Calderón y Marta Ochando. Será el sábado 6 de diciembre a las 22,30h en la sala madrileña La Escalera de Jacob. Somos idiotas porque es lo más inteligente es un retrato irónico, cómico y alocado sobre el mundo de las relaciones personales: una pareja de artistas decide separarse del mismo modo que ha vivido toda su vida, sobre el escenario. Repasarán su vida ante el público y esto dará lugar a situaciones divertidas y por momentos delirantes, que harán disfrutar sin duda a todos los espectadores. El nuevo montaje forma parte de la exitosa Trilogía Idiota de Chema Rodríguez-Calderón, editada por Ediciones Irreverentes, una serie de comedias independientes entre sí, pero con un denominador común: el humor ácido. La trilogía comenzó en 2002 con el estreno de Idioteces profundas contadas por imbéciles inteligentes, un montaje desternillante que se programó en la Sala Triángulo ininterrumpidamente durante más de diez meses, y recorrió escenarios dentro y fuera de España durante tres temporadas. Comedia idiota con título absurdo e Idioteces profundas contadas por imbéciles inteligentes, las dos primeras entregas de esta trilogía, cuentan en su haber con más de 200 representaciones, 20.000 espectadores y cuatro premios en festivales de teatro. Se han visto dentro y fuera de España, en Argentina, Chile, Salvador o Nicaragua, por ejemplo.

2.12.14

Entrevista a Antonio Nieto Aguilar, autor de la obra “Propaganda”

P.- ¿De qué trata Propaganda?
R.- Propaganda se desarrolla en Bolonia y es la historia (ficticia) de un artista, Angelo Lamento, trabajador para el régimen de Mussolini que ve cómo su arte ha derivado en instrumento para la represión, el adoctrinamiento y el culto a la personalidad. Las relaciones con su mujer, sus amigos... Empiezan a resquebrajarse, mientras sus sueños, cada vez más inquitetantes, le indican por dónde debe empezar desde cero. Es así, como ambas dimensiones, la real y onírica, empiezan a fundirse durante la obra, para concluir que a nuestro principal protagonista le será muy difícil dejar atrás su vida anterior sin consecuencias graves para su persona.

P.-¿Cómo nació esta obra?
R.- Se escribió hace unos siete años, de la necesidad de reflexión (¿hasta donde la necesidad de perpetuarnos?¿de divulgarnos?) y también de las imagenes mentales que conseguía entresacar de algunos sueños. La leyenda del hilo rojo, presente en la mitología china, ayudó a deshacer algunos nudos en la trama, y la escucha de discos de Caruso, tarantelas, blues y jazz, a configurar la atmósfera del texto.

P.-¿Se puede buscar una cierta relación entre el bien o el mal en la relación entre los personajes principales de la obra?
R.- Pienso que, más que el bien y el mal, es una obra de gente que busca justicia en un mundo absurdo. Cesare piensa que el mundo tiene una deuda hacia él por lo que le pasó en la I Guerra Mundial. Laura, la dueña del café Aldobrando, representa la resistencia ante el fascismo, y de alguna forma, necesita, aunque no lo pida, del apoyo de los demás. Angelo y Sandra son un matrimonio que antes eran 'uno', y ahora todo ha devenido en viejas deudas. El hecho de pensar que el mundo tiene un sentido les ha acarreado un sufrimiento infinito, pero como dijo el abuelo en La Princesa Prometida: '¿Y a ti quién te ha dicho que la vida sea justa?'

P.- ¿Hay un paralelismo entre los tiempos del fascismo que muestras en tu texto y la corrupción actual basado en la idea de “dejarse llevar” para ser aceptado y poder encajar en la sociedad?
R.- Sí, el ser humano cambia poco en ese sentido. No somos tan gregarios como las abejas, pero casi. El problema de 'dejarse llevar' en tiempos del fascismo es inseparable del 'dejar hacer' a los corruptos de hoy, para que triunfe el mal basta con que la gente decente no haga nada, que decía Burke. Para una cierta tranquilidad/seguridad basta con que dejemos hacer al establishment, ellos ya se encargarán de decirnos que es 'por nuestro bien'.

P.-¿Cuáles son los requerimientos técnicos y de actores para representar Propaganda?
R.- Pasión, imaginación y compromiso. Un buen equipo de luces tampoco viene mal.

P.-¿En qué lugares ha sido representada tu obra? 
R.- Básicamente la hemos representado muuco menos de lo que nos hubiera gustado, pero estamos en ello. La estrenamos en el Teatro Alameda de Sevilla, con ayuda de la Universidad de Sevilla, a la que le agradezco en nombre de la garnacha el apoyo prestado al proyecto; en el Teatro Gutiérrez de Alba de Alcalá de Guadaira (Sevilla); en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla (un artista como Angelo no merecía menos). También nos la llevamos a Málaga a la Casa Invisible, donde la representamos al aire libre. Cómo anécdota, se introdujo un perro en el escenario, y no lo hizo nada mal, incorporó rápidamente las motivaciones de los protagonistas.


P.-Para quienes no te conozcan, como autor ¿qué autores pueden haberte marcado a la hora de crear tu estilo literario?
R.- Es bastante heterogéneo. Cuando escribí la obra el influjo metafísico de los Heterónimos de Fernando Pessoa (que acabábamos de representar con el grupo) estaba ahí. Oscar Wilde y su Retrato de Dorian Gray. John Webster y su Diablo Blanco, llenándome la boca de sangre. Albert Camus y Los Justos. Pero para rebajar la tensión al escribir, amo la ironía y el surrealismo de un Mihura o un Jardiel Poncela. Porque al poner a la humanidad frente a sus contradicciones, representan algo que para mi es lo más fundamental: ternura. 

Ediciones Irreverentes, Premio a la mejor labor editorial 2014, de la AAT http://www.edicionesirreverentes.com/newReportajes/reportajes/ediciones_irreverentes_mejor_labor_editorial.html