26.8.13

Entrevista a Alejandro Colubi sobre el cierre de teatros

-¿Cómo profesional del teatro, qué sensación tiene con la noticia del cierre de tres salas y la posibilidad de que en el resto de año puedan cerrar más salas?
-La sensación es de impotencia y de desolación. Impotencia por ver y padecer la incompetencia de unos políticos (inservibles a todo lo que no sean ellos mismo y sus chiringuitos de casta) y no poder hacer nada para cambiarlo. Desolación, porque estamos ante la desaparición anunciada de un sector (el privado) que es el motor general del Teatro, y porque lamentablemente van a cerrar o desaparecer bastantes teatros más.
 
 -¿Los empresarios teatrales sienten que hay competencia desleal por parte de las administraciones públicas? ¿Por qué?
-No solo sentimos la competencia desleal, sino que la padecemos. Hay tal invasión de espacios y de ofertas, con el dinero de nuestros impuestos, que en vez de ser complementarios y crear sinergias conjuntamente, se están convirtiendo en nuestros sepultureros y tienen las miras tan altas que no se dan cuenta que nuestra destrucción será la suya también.
 -¿Qué medidas concretas (y realizables) demandaría al Estado Central, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos para que la industria teatral pueda sobrevivir con dignidad?
-Bajar el IVA al 2.5% para las 140 primeras funciones, y el 5.5% a partir de la representación 141 (como en Francia).
- Que los locales de Teatro estén exentos del IBI como “templos” de la cultura, dado que por calificación urbanística no pueden ser dedicados a otra actividad.
- Que las inversiones en cultura y principalmente en Teatro gocen de exenciones como las “empresas estratégicas” y las de bienestar general.
- Que nos ayuden a crear un fondo común para las producciones, equivalente al de Francia.
-Quizá pueda parecer una pregunta ingenua, pero ¿qué colaboración han tenido por parte de la todopoderosa SGAE los empresarios teatrales en estos años para hacer viable su trabajo?
-Por parte de la SGAE no solo no hemos tenido ningún tipo de ayuda sino que por el contrario han invadido, como elefante en cacharrería, el campo de la exhibición con dinero que no les pertenece.
Por otra parte están intentando, en plan “bolchevique” crear un impuesto de pagos mínimos para aquellos locales que precisamente facturen poco. Es decir, para apuntillar el que está moribundo

Alberto San Juan, Autorretrato de un joven capitalista español

“Vuelvo al Alfil en otoño. Ya he estado en el Central de Sevilla y en el BARS de Barcelona. Y tengo otros diez bolos. Creo que va a ir bien, pero si no hay teatros, lo puedo hacer en una casa okupada” 

Alberto San Juan ha roto esquemas con su “Autorretrato de un joven capitalista español”. No es que haya rediseñado la vanguardia escénica: es que ha decidido poner en pie un texto político que no ofrece segundas lecturas ni simbolismos. Es una auténtica patada de realidad en la boca, algo, por otra parte, absolutamente necesario en estos tiempos oscuros que vivimos.

- ¿Cómo se te ocurrió este “ajuste de cuentas”?

- Yo no lo considero un ajuste de cuentas. En realidad, yo crezco con un mito, con un relato de mi sociedad que ofrecía demasiadas zonas de sombra y con este nuevo capítulo de la lucha de clases llamado crisis, esas zonas de sombra empezaron a llamarme más la atención. Empecé a plantearme qué era lo que había pasado para que hayamos llegado a esa situación.

Hay que tener en cuenta el contexto internacional en su conjunto. España tiene unas cuestiones específicas muy claras: la Dictadura y la Transición, que son dos etapas de la historia que conducen al presente que estamos viviendo.

- “Autorretrato…” ofrece un gran número de testimonios sacados de libros con los que explicas casi una teoría de la conspiración generalizada. ¿Qué libros han sido fundamentales para elaborar tu discurso, que yo no considero obra de teatro, sino ensayo divulgativo o conferencia…?

- Hay muchos. Entre ellos, “Soberanos intervenidos”, de Joan Garcés; “La CIA en España” y “La sombra de Franco en la Transición”, de Alfredo Grimaldos; “Ricos por la patria”, de Mariano Sánchez Soler; “Las fosas de Franco”, de Emilio Silva y Santiago Macías o “Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero”, de Vicenç Navarro y Juan Torres López.

Siempre ha habido bibliografía, pero los grandes medios de comunicación están al servicio del Sistema y el Sistema no es democracia, es explotación. Es una oligarquía que explota al conjunto de la ciudadanía. El franquismo se hizo para eso, porque la República era un sistema que, sin ser revolucionario, pretendía redistribuir la riqueza. La Transición, evidentemente, aumentó la cobertura social, la sanidad, la educación, etc. en unos mínimos para cumplir los estándares europeos para poder estar en el Mercado Común Europeo y en la OTAN, pero en ningún momento se planteó otra cosa que servir a los mismos intereses a los que habían servido en el franquismo.

En esta investigación apresurada los libros no han sido las únicas fuentes. He mantenido entrevistas personales con gente que vivió activamente aquella etapa o que la ha estudiado

- Efectivamente: en tu alocución cuentas una anécdota de Juan Margallo –“nuestro” Juan Margallo–, que tuvo una reunión con Felipe González mucho antes de ser presidente del gobierno…

- Hoy sé que vivimos gobernados por una mafia criminal compuesta por una serie de oligarquías que son las mismas a las que servía la dictadura franquista y las creadas después de la Transición a partir de la traición de las cúpulas de los partidos de izquierda –fundamentalmente el PCE y el PSOE– a sus votantes y militantes.

- ¿En qué consistió esa traición?

- En que aceptaron el pacto que les proponía la oligarquía franquista para seguir beneficiándose del sistema. Un colaborador absolutamente necesario fueron los medios de comunicación, entre ellos, y de forma muy destacada, el diario considerado progresista y democrático emblemático que es El País, que realizó una labor fundamental a la hora de crear y hacer sólido el mito de la Transición.

Como siempre, el problema son las cúpulas, los directivos, porque en El País han trabajado y siguen trabajando periodistas maravillosos, a pesar de que en el ERE reciente se cargaron a muchos de ellos. Y entre la militancia del PSOE, y del PCE, habrá muchos auténticos demócratas, pero en las cúpulas no los hay.

Yo he votado siempre a Izquierda Unida, pero creo que el PCE debería hacer una biografía crítica cuanto antes, para ganar en credibilidad.

- ¿Y qué solución tenemos? El 15-M no quiere entrar en el “juego” parlamentario (hay una parte del movimiento que sí), pero carece de los apoyos económicos necesarios para hacerse escuchar masivamente.

- Cada vez hay más voces que reclaman una alternativa electoral al margen de los partidos tradicionales. La alternativa es construir una sociedad ajena a las cúpulas empresariales, financieras, políticas y burocráticas. En esta oligarquía mafiosa incluyo, por supuesto, a la Iglesia. A la cúpula de la Iglesia. Porque conozco curas de barrio que entregan, realmente , su vida para ayudar a la gente que no tiene y para luchar por una sociedad más justa. Pero la cúpula de la Iglesia es tan mafiosa como la de los partidos o los bancos o de la mayor parte de las instituciones españolas, como el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas o el Consejo General del Poder Judicial, que son cúpulas corruptas, fruto de un pacto corrupto.

Esa mirada al pasado es necesaria. El PP –y el PSOE– está en contra de volver la vista atrás a la República o a la Dictadura. ¿Por qué no quieren mirar al pasado? Porque no quieren que entendamos el presente. Porque si comprendiésemos el presente les mandaríamos a todos al juzgado: a Felipe González, a Alfredo Pérez Rubalcaba, a Mariano Rajoy, a José María Aznar, a José Luis Rodríguez Zapatero, a José María Rouco Varela, a Emilio Botín, a Isidro Fainé… Son cuatro gatos, pero nos tienen jodidos.

- ¿No tienes miedo?

- Siempre he sido bastante inconsciente, pero si lo digo no es porque yo sea el que descubre nada. Un señor como Antonio García Trevijano, bastante importante en la historia de este país, amigo del Rey en su día y fundador de la Junta Democrático de España, lo ha dicho siempre: esto no es una democracia. Evidentemente, no se le ha dado espacio en los medios…

- ¿No temes las represalias económicas, al estar la contratación de buena parte de los espectáculos teatrales en manos de los ayuntamientos, con una gran mayoría de ellos en manos del PP?

- Es que hay que plantearse otra cosa: hay que hacer el teatro de otra manera, el cine de otra manera, el periodismo de otra manera… Estamos asistiendo a la caída en picado de las instituciones tradicionales, entendido “tradicional” en el sentido de nacido en la Transición. El País, El Mundo o el ABC se van a ir a la mierda. Están cayendo y están surgiendo alternativas periodísticas donde se puede leer información algo más veraz, menos sometida a intereses. Están en Internet, los medios digitales. No digo que sean ideales: la historia del diario Público es muy siniestra, pero, una vez más, por su cúpula. Fue un cierre interesado, por los patrones. De ahí surgieron media docena de medios alternativos, entre ellos la revista Mongolia, que tiene al final unas páginas de información. lamarea.com, eldiario.es, público.es, infolibre.es… Puede haber intereses detrás de esos medios, no digo que no; hay, incluso, quien dice que está detrás el PSOE, no lo sé, pero en esos medios se puede leer información alternativa, así como en medios de otro tipo como kaosenlared.net o rebelion.org.

Y lo mismo sucede con el teatro. Hay otra forma de hacer teatro.

- “Autorretrato…” ha estado en el Alfil en junio. ¿qué otros planes hay con la función?

- En principio, volver al Alfil en otoño. Ya he estado en el Central de Sevilla y en el BARS de Barcelona. Y tengo otros diez bolos. Creo que va a ir bien, pero no me hacen faltan teatros: puedo ir a lugares alternativos.

- De hecho, se estrenó en la Sala Triángulo, ¿no es cierto?

- Si, pero si no hay teatros, lo puedo hacer en una casa okupada. Por primera vez en mi vida he estrenado un espectáculo sin haberlo ensayado nunca y sin haberlo terminado… Cada semana sigo escribiendo y va cambiando. Va teniendo una estructura fija, pero abierta a múltiples variaciones. ¡Hay tanto de qué hablar! Unos días hablo más de la Iglesia, otro día más de los bancos, etc.

Hablo también de mi propia experiencia y de cómo he ido abriendo los ojos desde hace tiempo, hasta que los he abierto definitivamente ahora, cuando me afecta directamente en los ámbitos más íntimos de mi vida, porque cómo se viva en la sociedad en la que vivo condiciona cómo vivo yo personalmente.

Evidentemente estoy interesado en que haya una sociedad libre y justa, porque a mi me gusta, básicamente, rascarme los huevos y gozar de la vida. Y para que eso suceda hace falta libertad, igualdad y fraternidad. Y por eso estoy dispuesto a sumarme a una lucha colectiva.

Desde la Transición, la sociedad no se había articulado tanto en la reivindicación de sus derechos como hoy en día. En la Transición la violencia del estado, la propaganda de los medios y la traición del PCE y del PSOE desconvocaron la movilización social. Pero hoy en día todas esas estructuras han quedado al descubierto por su falta de honestidad.

A todo esto, me planteaba, como algo muy importante, la intención… cómica. Porque un efecto terrible de la falta democracia y de la miseria que provoca es la posibilidad de caer en la amargura o en el dogmatismo, y el humor te salva de ambos peligros.

La cultura y el tiempo que nos queda. Artículo de Xavier Mercé

Con frecuencia la gente de la cultura se comporta como una élite social. Nos cuesta entender la mirada ajena, comprender la extrañeza con la que tantas personas nos observan, poco predispuestas a concedernos el minuto de gloria que exigimos en cualquier conversación o la aceptación inmediata de nuestras reivindicaciones.
Somos pajaritos que vuelan al ritmo de una historia gloriosa, sin recordar que lo único que nos justifica es un constante y trabajoso compromiso social.  No es gratuito el comentario. Si alguien quiere tomarse la molestia, les recomiendo que lean el último libro de Antonio Muñoz Molina “Todo lo que era sólido”, un contundente mea culpa que no puede dejar indiferente a ningún miembro de este plenipotenciario sector cultural que hemos desarrollado en la España democrática.

Confieso que empecé el libro buscando alguna justificación legítima que pudiera perdonar la parte que me toca en este proceso de destrucción que hemos sometido al autentico sentido de una política cultural. Confieso igualmente que me rendí rápido a la evidencia, reconociendo en múltiples pasajes del libro situaciones cercanas de las cuales fui cómplice, más por omisión que por actuación, pero cómplice al fin y al cabo.  Los procesos de reinvención deben empezar con un momento de autocrítica; no se vale el “y-tú-más” o el “efectivamente-algunos-lo-hacían”. La historia da argumentos a los que quieren cambiarla y eso vale para los progresistas y para los reaccionarios.

Más allá del IVA y de los recortes presupuestarios que a veces parecen gozar de una alta comprensión popular (no olvidemos que, lamentablemente, la cultura no es materia de consumo ni goce mayoritario), lo que se está debatiendo en estos momentos es el papel que la cultura juega en nuestra sociedad. La subida del IVA ha destrozado los justísimos encajes económicos de un sector empresarial muy precario y los recortes presupuestarios han puesto en evidencia un sector creativo que apenas ha dedicado atención a la necesidad de justificarse ante un público real o, si se quiere, que poco se ha preocupado de crear un consumo creciente. Empresas pobres y creadores con cierta tendencia al ensimismamiento, al autismo artístico y al sindicalismo vertical que justifica un statu quo exento de  crítica y con nulo contraste social.

Por supuesto que hay excepciones: muchas, afortunadamente, aunque éste no es el tema de debate. La excepción en el escenario cultural español es lo que triunfa, no lo que fracasa, lo cual debería ser, a todas luces, el primer elemento de debate en todo encuentro cultural.

El problema de la cultura en España es que la derecha conservadora (y elimino con ello a la extrema derecha rancia y reaccionaria) con la cobertura intelectual de algunos liberales influyentes, no cree que el Estado deba soportar económicamente la producción de contenidos culturales ni que el mantenimiento de un programa de servicios culturales amplio sea una prioridad política. Esa idea, en la misma medida que la contraria fue un signo de identidad de la izquierda progresista (y elimino con ello la izquierda planificadora y estajanovista), crea inevitablemente discurso.

Y ahora el discurso es liberalizador, nos remite al mercado y nos convierte en un sector económico que se justifica en la medida que consigue vender sus productos o desaparece en la medida que no lo consigue. A juicio de esta visión política hay, evidentemente, pequeños escenarios en los cuales el papel del Estado no debe discutirse (dentro de los límites de la viabilidad presupuestaria) que no son otros que aquellos que nos homologan al común denominador internacional y al mantenimiento patrimonial: la opera, los grandes museos de arte, las bibliotecas…

No somos ajenos a este debate ideológico. De hecho, se venía venir. Durante algunos años el Partido Popular estuvo preparando un contundente programa de inhibición cultural con argumentos razonablemente sólidos como la evidente ineficacia de algunos programas de subvenciones, la escasa rentabilidad de algunos sectores o los mecanismos alimenticios de ciertas prácticas culturales. La tendencia extendida en municipios y gobiernos autónomos en convertir la cultura en fiesta, fasto y representatividad identitaria era, por contra, un modelo de actuación aplaudido por el sector artístico y muy escasamente juzgado con ojos críticos. De hecho nunca abrimos la boca para impedir lo que elaboraba la derecha, ni tuvimos las agallas de cuestionar lo que practicaba la izquierda.

Analizar lo que está sucediendo con la cultura española, el alejamiento creciente de toda centralidad política y la falta de interés social que genera en momentos de crisis, evidencia un  profundo fracaso intelectual y sectorial. Por ello afirmo que, técnicamente y a medio plazo, la derecha española ha ganado la primera batalla.

Pero aún aceptando los errores cometidos que son muchos y graves y sabiendo que la autocrítica imprescindible para refundar nuestro sistema cultural aún está por hacer, afirmo igualmente que el debate real no es técnico sino ideológico y que una sociedad que no consiga articular un sector cultural amplio y estable muere de inanición, secuestrada por los demás (otros sistemas culturales realmente amplios y estables) y no progresa social ni económicamente. La cultura tiene la palabra. Puede tomarla o puede esperar  que las cosas vuelvan a un lugar al que nunca debieron llegar. Esa es la cuestión.

Incluso aceptando que el mercado se convierta en el arbitro de nuestra vida cultural (que no es mi caso), la cultura necesita una política sectorial. Hay centenares de elementos que la cultura no puede resolver por si sola a poco que conservemos una cierta preocupación social y mantengamos vigentes los sagrados principios del Estado del Bienestar y este debate sobrepasa, de mucho, la legítima reivindicación de la ayuda pública o el pago puntual de una subvención.

La crisis apela a la cultura y exige que su voz, seca o ronca, original o penitente, se alce sin dilación y reivindique su contribución al progreso social. No sobra el tiempo; a poco que callemos otros ocuparán nuestro espacio llenándolo de imaginarios ajenos doblemente eficaces y contundentes, sin dejarnos, también lo afirmo, capacidad de reacción.

I Premios del Teatro Andaluz

En esta primera edición se concedieron premios de honor a Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla y a la Hospedería de Palma del Río, epicentro de la Feria de Teatro en el Sur

La Asociación de las Artes Escénicas de Andalucía ha querido situar en el marco de la trigésima edición de la Feria de Teatro en el Sur –que se celebra en la localidad cordobesa de Palma del Río–,la entrega de sus primeros Premios del Teatro Andaluz, cuyo principal propósito es promover y estimular el talento de los profesionales de las artes escénicas de la comunidad andaluza. 

Entre los ganadores de las diversas categorías de galardones concedidos en esta primera edición se encuentran compañías andaluzas de teatro como La Zaranda, Histrión Teatro, El Espejo Negro, Atalaya, Lavi e Bel, Producciones Imperdibles, Teatro Clásico de Sevilla, Fundición Producciones o las formaciones de danza Compañía Danza Mobile, Perros en Danza o la Compañía de Guillermo Weickert.

La gala de entrega de premios fue presentada por la actriz y cantante Paz Alarcón, se celebró en la Hospedería de Palma del Río, epicentro del veterano certamen teatral, que ha sido merecedora de uno de los Premios de Honor de esta primera edición al ser el principal escaparate de la escena teatral andaluza.

Otro Premio de Honor fue concedido al dramaturgo Salvador Távora y su compañía La Cuadra de Sevilla, “la única figura del teatro hecho en nuestra tierra que ha sabido convertir lo andaluz en un lenguaje escénico universal”, según indicaron desde la organización. En el transcurso de la ceremonia hubo también un emotivo homenaje al desaparecido Juan de La Zaranda.

Junto a los 16 galardones oficiales y los dos honoríficos, la Asociación de las Artes Escénicas de Andalucía concedió una Mención Especial  a Lola Marmolejo y a la compañía Bastarda Española “por el fenómeno teatral que constituye la obra ‘Estrella sublime’, que se lleva programando ininterrumpidamente desde hace doce años, consiguiendo un arrollador éxito de público”.

 


Listado de ganadores: 

 

- Espectáculo de Teatro: “El régimen del pienso”, de La Zaranda

- Espectáculo de Danza: “Material inflamable”, de la Compañía de Guillermo Weickert 

- Espectáculo Infantil: “El bosque de Grimm”, de La Maquiné                            

- Autor dramático: Eusebio Calonge, por “El régimen del pienso”, de La Zaranda

- Coreografía: Fernando Lima, por “Una ciudad encendida”, de la Compañía Danza Mobile

- Dirección: Ángel Calvente, por “La venganza de Don Mendo”, de El Espejo Negro

- Música: Emilio Goyanes, por “Cabaret Popescu”, de Lavi e Bel

- Escenografía/Espacio escénico: Vicente Palacios, por “Tomar partido”, de Fundición Producciones

- Diseño de vestuario: Curt Allen Wilmer, por “El buscón”, de Teatro Clásico de Sevilla

- Iluminación: Alejandro Conesa, por “Celestina, la Tragicomedia”, de Atalaya

- Actriz Protagonista: Gema Matarranz, por “Teatro para pájaros”, de Histrión Teatro

- Actor Protagonista: Manuel Salas, por “Teatro para pájaros”, de Histrión Teatro

- Actriz de Reparto: Nerea Cordero, por “Cabaret Popescu”, de Lavi e Bel

- Actor de Reparto: Piñaki Gómez, por “Cabaret Popescu”, de Lavi e Bel

- Intérprete Femenina de Danza: Lucía Vázquez, por “Viaje a la Luna”, de Producciones Imperdibles

-  Intérprete Masculino de Danza: Manolo Cañadas, por “Oye, Yoe”, de Perros en Danza

Feria de Teatro de Castilla y León, puente privilegiado entre Portugal, España y Francia

Del 20 al 24 agosto Ciudad Rodrigo vuelve a convertirse en la capital del mercado de las Artes Escénicas. La Junta de Castilla y León, entidad que organiza la Feria desde la consejería de Cultura y Turismo, ampara una vez más éste proyecto con el fin de apoyar la promoción, la difusión, la formación, la creación de empleo y la estimulación de las industrias culturales en lo que será ya la 16ª edición del evento.
La Feria de Teatro de Castilla y León constituye un estímulo de oportunidades creativas, educativas y de negocio convirtiéndose cada vez más en un referente clave para el mercado. Ciudad Rodrigo es respaldada año tras año por un mayor número de visitantes; en 2012 contó con más de 33.000 espectadores y cerca de 200 profesionales acreditados. Es un proyecto atractivo tanto para el profesional de las artes escénicas como para el público en general.
La 16º edición de la Feria se fundamenta en espectáculos de múltiples disciplinas y formatos, con lenguajes escénicos muy diferentes y una presencia creativa contemporánea muy importante, con la intención de ofrecer a los profesionales de las artes escénicas un amplio abanico de posibilidades adecuándose a las características de su programación. Se ha realizado una selección entre 825 propuestas que avalan un alto interés por estar presente en esta Feria.
La Feria de Teatro de Castilla y León continúa apostando por mantener una franja de programación importante destinada a público infantil y familiar; un bloque sólido de teatro de texto para público joven y adulto que abarca desde propuestas de teatro clásico al teatro más contemporáneo; una gran presencia de teatro cómico, a la que se añade casi un tercio de la programación dedicada a las artes de calle, complementándose con teatro de objetos, instalaciones artísticas, danza contemporánea y nuevo circo.

Ciudad Rodrigo en nuevo marco internacional

Además este año, a partir del mes de Julio, la Feria de Teatro de Castilla y León, comienza una nueva etapa fundamentada en la alianza de colaboración de tres ferias y festivales de Artes Escénicas del occidente europeo, que unen sus esfuerzos para crear una plataforma de comercialización de las artes escénicas y para la creación de nuevos públicos. Así surge la RED ESMARK (European Scene Market) una confluencia de intereses entre el Festival Internacional de Expresión Ibérica de Oporto (FITEI), el Festival Don Quijote de París y La Feria de Teatro de Castilla y León, a través de la cual la Junta de Castilla y León lidera ésta iniciativa financiada por la Unión Europea dentro del Programa Cultura y se desarrollará en el periodo 2013-2015. Las acciones enmarcadas en el ESMARK pretenden a promover la globalización de la contratación de las propuestas de las compañías de artes escénicas y a la contribución al desarrollo del mercado mediante la creación de un mercado virtual; también contribuirá al conocimiento y contratación de producción europea mediante la circulación de información de profesionales de las artes escénicas; y la creación de demanda de productos escénicos mediante la formación de nuevos públicos.

 Un tercio de la programación nace en Castilla-León




La 16ª edición de la Feria se configura como un escaparate que ofrece las últimas producciones escénicas de las principales compañías de Castilla y León, un tercio de la programación proviene de ésta comunidad; una presencia importante de compañías de Portugal y Extremadura, y una cantidad apreciable de compañías que pertenecen a Galicia y Asturias. Participa también Francia.

Cerca de 40 compañías profesionales se darán cita en Ciudad Rodrigo, presentando sus últimas producciones escénicas -la mayor parte de las propuestas apenas llevan un año en los escenarios-, otras incluso han apostado por la Feria para su estreno absoluto, en un viaje que nos lleva a confrontar compañías emergentes, con otras con más de 20 años en su trayectoria.
Por parte de Castilla-León se exhibirán entre otros, la última producción del Ballet Contemporáneo de Burgos “Pielescallar”, “Lovers” el trabajo con el que Rayuela Producciones Teatrales celebra sus 25 años sobre los escenarios, o el estreno absoluto de su espectáculo para bebés de Teatro La Sonrisa, “Ponpóm”. También estreno absoluto será el trabajo de los andaluces “The Funamviolistas”, o el de Eugenia Manzanera con “Corporeoooh!”.  Portugal presenta también sus últimas producciones de la mano de entre otras, de la compañía Marionetas do Mandrágora con “Adormecida” o la compañía de danza Quórum Ballet con “A cidade verde e a cidade azul”, y el estreno en castellano de “Edipo” de la conocida compañía do Chapito. Extremadura trae el estreno también de Teatrapo, “Sfera” y la comedia “De vacaciones” de Suripanta Teatro, a la que también se puede añadir la de los catalanes Bramant Teatre con “The Eva´s Show (El show de Eva)” o lo último de Síndrome Clown “La prematura muerte de un viajante”. Todo esto lo completa un gran abanico de propuestas diferentes para todos los públicos que tendrán cabida en espacios singulares y atractivos que se enmarcan dentro del patrimonio monumental de Ciudad Rodrigo, la “Ciudad-teatro”.
La Feria va más allá de la concepción de mercado, en tanto y cuanto acoge un completo programa de actividades complementarias tanto para profesionales, con coloquios, presentaciones, encuentros y jornadas de formación, como para el público con las iniciativas de Escuela de Espectadores o el programa de animación y pedagogía teatral DIVIERTEATRO.
Como cada año, Ciudad Rodrigo abre mucho el mercado de compañías y productoras españolas y es un punto privilegiado de entrada a Portugal (y este año, además, a Francia). No sólo es una apuesta interesante para el público, sino que es una importante herramienta para el profesional que pretende salir de los circuitos españoles y ampliar sus públicos. 
 Toda la información en http://www.feriadeteatro.es/indexpc.asp

Cierre de teatros y modelo de sociedad, editorial de Miguel Ángel de Rus

En Madrid acabamos de dar sepultura a tres teatros: Arenal, Arlequín y Garaje Lumière. No es un caso extraño: cierran pequeñas discográficas, editoriales y distribuidoras literarias, cines… Habrá quien diga, con aires liberales, que la vida es dura y que ya avisó Darwin que sobreviven las especies que se adaptan al medio, pero los mismos que lo afirman se contradicen cuando hacen leyes que favorecen a las grandes superficies comerciales en detrimento del pequeño comercio, han salvado con dinero público a la banca de su nefasta gestión y van a hacerle un aeropuerto que cuesta 230 millones de euros a un tipo de dudosa honestidad que va a construir –parece- un casino en Madrid. (Incluso le van a cambiar la Ley para que sus usuarios si puedan fumar en espacio público, a diferencia del resto de los ciudadanos). No es, por lo tanto, un problema de supervivencia, sino de modelo de sociedad, un problema político.
   Revisando datos, parece ser que en 1965, en Madrid, en plena dictadura, había 21 teatros abiertos. En la actualidad hay 22 teatros y 10 salas alternativas asociadas (mínimo con 2 años de programación continuada). Dado que la capacidad de las salas alternativas es muy pequeña, podemos ver que no se ha avanzado mucho con respecto a aquellos ominosos años. Y que empezamos a retroceder.
   Como es lógico, el problema de estos teatros no es directamente achacable al Estado, porque han influido diversos factores, pero sí es un síntoma del modelo de sociedad por el que han apostado la mayoría de los españoles. Por ahora, el Gran Teatro del Liceu ha presentado un ERE para poder sobrevivir. No es un problema de Madrid, ni exclusivo de las empresas teatrales, sino de toda España y del modelo de sociedad.
   Afirma Alejandro Colubi, Presidente de la Asociación de Empresarios de Locales de Teatro, que estos cierres no serán los últimos de la temporada, calcula al menos cinco cierres más. Resulta creíble, para la cultura no hay ayudas, se le sube el IVA, a la industria teatral nunca se la ha logrado incluir en los sistemas educativos, y a las empresas culturales no se les permite tener deudas millonarias. ¿Cómo se puede vivir en un Estado que permite a sus clubes de fútbol y a sus SAD tener una deuda de 3.600 millones de euros -752 de ellos a Hacienda y 16,6 millones a la Seguridad Social- y no tiene ni dinero ni planes para la cultura, en este caso para la industria del Teatro?
Según Alejandro Colubi, de cada 25 euros del precio medio de la entrada, 10 se van en impuestos y en pagos ajenos al teatro. ¿Hay alguna razón para que sean quienes menos tienen quienes más aporten al Estado? ¿Revisamos los pagos de IRPF de las grandes fortunas del país para ver quién mantiene el Estado? Sería curioso constatar que paga muchos más impuestos un productor teatral que Google, las casas de apuestas deportivas en Internet, o un señor que manda coser en condiciones de esclavitud a mujeres y niños del tercer mundo.
   La comparativa del IVA que paga el teatro español con respecto a diversos países civilizados es demoledora: España 21 por ciento, un cero por ciento en Rusia, entre el 2 y 3 por ciento en Suiza, Francia y Luxemburgo, y entre el 6 y el 9 por ciento en Holanda, Suecia, Bélgica, Alemania, Turquía, Finlandia, Grecia e Irlanda.
    Parece que los ciudadanos no vamos a despertar hasta que no tengamos teatros ni cines a los que ir ni libros que leer. Pero todo se habrá hecho con respeto a las leyes del mercado que es –muy mayoritariamente- lo que los españoles quieren, o así lo manifiestan en las urnas.

Enrique IV, de Pirandello


Hace afirmar Pirandello a su Enrique IV "Confiar en alguien, eso sí es realmente cosa de locos". Es una de las grandes enseñanzas de esta comedia/tragedia dedicada a la traición, a la mentira, a los años perdidos, al terror que nos provoca la realidad. La locura es un feliz resguardo contra una realidad agresiva, repugnante a veces. ¿Es el Enrique IV emperador medieval el loco o lo son todos los demás? ¿Son locura sus ropajes, sus vivencias, sus fantasmas, o somos los cuerdos quienes dejamos escapar la vida? Los amigos de juventud de este Enrique IV entran en su estancia de aspecto gótico a perpetrar la mascarada que supuestamente le va a curar de su locura, pero ¿y si entre ellos se encuentra el culpable de la misma? ¿No será locura la de todos ellos al querer devolver a la realidad al más cuerdo de todos ellos?
 Europa se desangra por la Primera Guerra Mundial y los buenos burgueses hacen bailes de máscaras, se traicionan, juegan a ser dignos, como eternos adolescentes.
Nuestro Enrique IV es un aristócrata que, tras sufrir un accidente, queda afectado en su cordura y cree vivir en la época del disfraz que llevaba en aquel momento; piensa que es el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Pero ¿está loco o de manera consciente ha ocupado el papel de un emperador para dar la espalda a la realidad que le rodea?

Luigi Pirandello
                               

(Agrigento, 1867 - Roma, 1936)
Dramaturgo, novelista, autor de relatos, ganador en 1934 del Premio Nobel de Literatura. Entre su obra dramática destacan Enrique IV, Seis personajes en busca de autor, Así es si así os parece, Cada uno a su manera, El placer de la honestidad, El imbécil o El hombre, la bestia y la virtud. En su obra narrativa destaca especialmente El difunto Matías Pascal. Individualista a ultranza y anti-jerárquico, el vanguardismo de su obra se mantiene intacto con el tiempo.

Enrique IV, por Miguel Angel de Rus

Hace afirmar Pirandello a su Enrique IV "Confiar en alguien, eso sí es realmente cosa de locos". Es una de las grandes enseñanzas de esta comedia/tragedia dedicada a la traición, a la mentira, a los años perdidos, al terror que nos provoca la realidad. La locura es un feliz resguardo contra una realidad agresiva, repugnante a veces. Basta mirar alrededor.
Escrita en 1922, Enrique IV mantiene su total vigencia, quizá por el desapego de la mirada, por esa capacidad de mezclar lo dramático y el humor más terrible. Quizá Pirandello mantuvo siempre su alma de niño y lo vio todo con ojos siempre nuevos.
 ¿Es el Enrique IV emperador medieval el loco o lo son todos los demás? ¿Son locura sus ropajes, sus vivencias, sus fantasmas, o somos los cuerdos quienes dejamos escapar la vida, escurriéndose por la manga de nuestra camisa, cometiendo la locura de no vivir cada minuto? ¿Cómo amar para siempre si el amor que en el que se ha creído está hueco, es sucio? ¿Cómo soportar la traición?
Los amigos de juventud de este Enrique IV entran en su estancia de aspecto gótico a perpetrar la mascarada que supuestamente le va a curar de su locura, pero ¿y si entre ellos se encuentra el culpable de la misma? ¿No será locura la de todos ellos al querer devolver a la realidad al más cuerdo de todos ellos?
Al reparar en los hechos, tenemos que pensar que quizá Enrique IV no sea el loco, sino el cuerdo, a pesar de estar enfrentado con un Papa muerto ya hace siglos, y que la Europa que se desangra por la Primera Guerra Mundial y el derrumbe no sólo de las fronteras, sino de todas las certidumbres, y que aún tiene tiempo para bailes de disfraces y juegos burgueses, sea la loca, la terriblemente loca en su cordura estúpida. 
Nuestro Enrique IV es un aristócrata que, tras sufrir un accidente, queda afectado en su cordura y cree vivir en la época del disfraz que llevaba en aquel momento; piensa que es el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Pero ¿está loco o de manera consciente ha ocupado el papel de un emperador para dar la espalda a la realidad de la sociedad europea que sale de la Primera Guerra Mundial? ¿Dónde está la farsa? ¿En el aristócrata que interpreta a un emperador o en su mujer y su amante que fingen ante su presencia ser personajes del mundo en el que quedó viviendo este Enrique IV? Enrique IV inspira afecto, ternura, comprensión. Es un loco, un loco de aquellos que pedía León Felipe en su poesía, un loco en una tierra en la que ya no hay locos porque todo el mundo está cuerdo, terrible, horriblemente cuerdo. La aristocracia del alma del autor se rebela en una frase de Enrique IV: "estoy curado. Sí lo estoy, no tendré ya necesidad de vosotros y seréis despedidos." Todos los cuerdos deberían ser despedidos, no merecen ni la condición de esclavos. Es la enseñanza elitista, individualista, ferozmente vital de Pirandello.
Pude ver a José María Rodero, un actor impresionante, inmenso, interpretar a Enrique IV. Hace ya décadas de aquello -creo que fue hacia el 86-, pero nunca lo olvidaré. Al tamaño gigante del personaje, Rodero unió su inconmensurable talento. Salí del teatro fascinado y más convencido aún de lo que ya lo estaba, de que los locos son "ellos, los otros". Aquel fue un momento que ilumina una vida. Por aquellos años, Rodero interpretó a Buero Vallejo, Albert Camus, Tolstoi, Ramón del Valle Inclán; después de aquellos manjares, las ofertas cotidianas de la vida nunca volvieron a hacerme sentir el más mínimo interés, sólo podían interesarme ya los genios, los seres desmedidos, aquellos a quienes la masa gris considera locos, pero que son inmortales.
Sobre Pirandello cabría decir que, como es bien sabido, su padre y su familia materna fueron fervientes anti-borbónicos (incluso pagándolo con el exilio) y defensores de la unidad democrática de Italia. No obstante conseguir expulsar a los Borbones y la unidad, Pirandello creció en una familia abiertamente decepcionada con la nueva sociedad. Es el sino de todo idealista, luchar por valores elevados y acabar encontrándose con la masa. Y de ese ambiente familiar decepcionado tras la unificación y su traumática realidad, Pirandello tomó parte de la atmósfera emocional que encontramos en sus obras. La sensación de traición a los ideales por los que se luchó y resentimiento contra la sociedad, inculcara en Pirandello la desproporción entre ideales y realidad que subraya en su ensayo L'Umorismo y que encontramos claramente en Enrique IV.

Premio Nobel de Literatura en 1934, de su vanguardista y magnífica obra nos quedan títulos como El difunto Matías Pascual, Seis y personajes en busca de autor, Así es (si así os parece), El placer de la honestidad, El imbécil, El hombre, la bestia y la virtud y, por supuesto, Enrique IV. En esta obra, y en otros títulos, encontramos su individualismo a ultranza -harto de la vulgaridad circundante-, su entierro ascético, los restos de la depresión que sufrió y una apuesta estética que sobrevive porque estuvo por delante de su tiempo.
 Pirandello estuvo "en lo alto de la pirámide" (con perdón de Kandinsky por robarle la expresión), marca uno de los momentos más altos del decadentismo en Europa, y se anticipa en el planteamiento de la absoluta relatividad de cualquier acto o idea del hombre, mostrándonos cómo ninguno de los criterios tradicionales puede ya discriminarse como racional o irracional, normal o locura, puesto que la decadencia de la ética y la estética, la pérdida de referentes, lo hace imposible. Y evidentemente, la opinión de las mayorías no podía servir de faro a alguien elitista y elevado como Pirandello.
De cuantos han descrito el humor en Pirandello, quizá el más acertado fue el que dijo que es "descarado, antijerárquico". ¿Cómo iba a aceptar jerarquías, él, que incluso cayó temporalmente en la simpatía por el fascismo, para acabar despreciando toda ideología humana?
En esta obra, además, Pirandello nos recuerda los inaceptables excesos de los Papas de la Iglesia Católica, por medio del recuerdo del paseo de Canossa: el viaje que hizo el emperador Enrique IV del Sacro Imperio Germánico, desde Espira hasta el Castillo de Canossa con el fin de ver al papa Gregovio VI (enero de 1077) para solicitarle la liberación de la excomunión. Enrique IV tuvo que permanecer tres días y tres noches arrodillado a las puertas del castillo, a pesar de la fuerte nevada, vestido sólo con una túnica de lana y descalzo para poder conseguir el durísimo perdón papal (momento de humillación del poder político al religioso que recogió con maestría en un cuadro Eduard Schwoiser.) Fue el único modo que tuvo Enrique IV de no ser depuesto por sus enemigos, que habían encontrado en el dios de los católicos un curioso aliado. El desprecio de Pirandello por las jerarquías queda bien patente al incluir el recuerdo de este ominoso paseo en su texto.
Como mensaje final de la obra de Pirandello, queda una idea: "toda realidad es un engaño". Si alguien no lo cree, que mire alrededor.
 

Adriano, emperador romano, de Vicente Piñeiro

En Adriano, emperador romano, obra con la que Vicente Piñeiro ganó el VII Premio El Espectáculo Teatral, comprobamos que desde los tiempos de Adriano nada ha cambiado. La esencia humana está presente a través de los siglos: se mantiene la ironía de los poderosos, el sarcasmo y la burla que conmociona. El conflicto de la obra radica en el enfrentamiento de Adriano consigo mismo, con el poder de Roma, con el hecho de vivir como un ser superior y ser responsable de dos culturas. Compartimos sus fluctuaciones sexuales, sus fracasos ante lo femenino, la vanidad de su mujer, Sabina. Pero Adriano también es una protesta contra la maldad, contra la pederastia, revivimos los hechos de quien quiso luchar contra las injusticias del Estado y los poderosos, consciente de que es un camino que lleva a la destrucción. Adriano está lleno de deseos de poder y de debilidades y comprueba la necesidad de convencer, de pactar, de rodearse de amigos que alcahueteen a los poderosos para seguir conservando la autoridad. Adriano es considerado uno de los cinco emperadores buenos, nombre propuesto por Maquiavelo y promocionado por el historiador Edward Gibbon, para quien fue la época más feliz de la historia de la humanidad. Sin embargo, el mal, la violencia y la venganza se muestran en su esplendor y nadie tiene una biografía limpia.

Vicente Piñeiro
                               

Ha publicado, tanto en gallego como en español, entre otras, las obras teatrales: Memorias de un condenado a muerte; San Juan de la Cruz, tiempo de prisiones; Pepa a Loba contra la violencia de género; A fraga leda; Tirano Parderas. Ha publicado relatos, novelas y poesía. Entre ellas, las novelas: Calutia; El rey Cintoulo y la espada mágica; El último astur; Asasinos! Asasinos!, Asasinos!, el asesinato de Juana Capdeviele; A morte dun editor. Poesía: Sextinas místicas; Ceo e pedra, Elexías; Sonetos a la geometría, etc.
Leer más en http://www.edicionesirreverentes.com/teatro/AdrianoTEATRO.html

Si quieres saber más sobre el personaje de Adriano, puedes entrar en http://es.wikipedia.org/wiki/Adriano 

Nueves mujeres infieles, Juana Escabias



Nueve mujeres infieles aborda el tema de la infidelidad femenina desde una óptica original y desenfadada, sin tapujos ni clichés, mezclando el drama y la comedia ácida para presentar toda una galería de personajes y situaciones protagonizadas por mujeres de diferentes edades y condiciones sociales que traicionan a sus parejas. Historia coral, compuesta por nueve piezas independientes entre sí aunque vinculadas por el denominador común de la infidelidad en la mujer, la obra lanza una mirada aguda y crítica sobre la sociedad de nuestros días. El texto está escrito desde la mordacidad y la inteligencia, con ironía, sarcasmo y una gran dosis de intriga, y sobre todo con la fuerza que caracteriza la escritura de Juana Escabias y que ha sido destacada y elogiada por la crítica.

Nueve mujeres infieles retrata a la perfección hasta qué punto los seres humanos podemos llegar a ser estúpidos y crueles, o tremendamente ridículos. Y lo hace provocando la indignación, la sonrisa, o incluso la carcajada.

Juana Escabias



(Madrid) es Doctora en Filología y Licenciada en Periodismo profesión que ejerció durante más de una década en medios tan dispares como la Organización de las Naciones Unidas o la revista Interviú. Actualmente trabaja como profesora de Arte Dramático en Madrid y ha impartido clases sobre esta disciplina en diversas universidades españolas y extranjeras.

Es novelista, dramaturga, directora de escena, fundadora de la compañía Teatro Sonámbulo y Presidenta del Comité de Teatro de UNESCO Comunidad de Madrid. Es autora de 18 obras teatrales entre las que destacan Tierra Convexa, Premio Autores con Margarita Xirgu 2008; Apología del amor, V Premio El Espectáculo Teatral e Historia de un imbécil (finalista del Premio Nacional de Literatura Dramática 2010).

El vuelo de Osiris, de Teresa Galeote


La protagonista de El vuelo de Osiris no sabe que tras una dolorosa muerte ha comenzado una búsqueda por el pasado, una búsqueda en la que necesita una luz especial, porque todo son penumbras.
El vuelo de Osiris es más que una historia sobre perdedores de la guerra civil, sobre los perdedores de las guerras en general, es también la historia de una muerte, la de un suicidio y, como no, la de una traición… o varias traiciones. Y además, es una historia en la que se nos aparecen los muertos, como en la vida real. Porque los muertos que hemos dejado en nuestro camino acaban por aparecer de nuevo ante nosotros, más tarde o más temprano, pero lo hacen.
Margarita, destrozada por la muerte de Jaime ha sido engañada por varias personas, y sólo al final de la obra conocerá la dimensión de la verdad. ¿Pero Margarita acaba destruida o la verdad revelada le aporta luces sobre lo vivido? ¿Y esas luces son fuente de vida o de derrota? En los dos protagonistas ausentes de la obra (ambos son protagonistas en el recuerdo de quienes los sobreviven) estuvieron enfrentados Eros y Thanatos; amor y muerte. En uno apurando la vida hasta el último momento, en el otro renunciado a ella.

TERESA GALEOTE

 (Madrid) ha publicado los títulos: Lucrecía, las orillas del tiempo, Los días largos, El grito, Iberia, Los sueños y el estudio La Universidad de Alcalá de Henares en el contexto político del s. XIX. Ha participado en las antologías de Ediciones Irreverentes: Microantología del microrrelato II, Antología del relato negro III, Asesinatos profilácticos e Historias de la imposición yanqui sobre España e Hispanoamérica.

Más información http://www.edicionesirreverentes.com/teatro/VuelodeOsiris.html 

La revolución de Carlota, de Manuel Villa-Mabela

Una extraordinaria comedia sobre alguien que busca un ideal y persiste en el empeño aunque su entorno le incite a abandonar; sobre un habitante del mundo que tropezó con un sueño, alguien que vivía en un oasis de imposibles donde se refugiaba de los depredadores y sin amigos que caminen en su misma dirección. Cuando llegó su sueño, sintió el calor vital necesario para sobrevivir. Su sueño se llamaba Carlota y tanto se entregó a ella que la convirtió en su destino. Carlota tenía las propiedades precisas para convertirse en embajadora de sus ideales por lo que la preparó para materializar sus anhelos hasta que la invitó a marcharse de su lado para reconvertirnos a quienes habitamos el laberinto de los sueños. Nuestro mundo es un trastornatorio, un taller de reparación habitado por ingenios humanos de última generación pero con taras evolutivas, con defectos de comportamiento humano y social. Y para recuperar la armonía hay que medicarse con sueños para alejar la locura y las pesadillas de la realidad. La revolución de Carlota trata de uno de los nuestros que tropieza con un sueño. Desde su laboratorio de fantasías trastoca la genética inanimada de un proyectil al que viste de mesías antibélico y le llena de quimeras que no siguen la partitura establecida por el mundo.
Indigandos del mundo, esta es vuestra comedia.
 
MANUEL VILLA-MABELA
Primer Premio del Ayuntamiento de Madrid Teatro Expréss con la obra Angélica no merecía acabar así. Primer Premio del VIII Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero con La urbanización del señor ministro. Ha presentado su obra Mi encuentro con la teleoperadora en el Círculo de Bellas Artes. Apareció en el volumen Teatro español de vanguardia junto a Alonso de Santos e Ignasi Gª Barba. Ha publicado el libro de relatos Un degustador de fútbol de los de antes, y ha participado en las antologías Yo también escuchaba el parte de RNE, Poeficcionario, Antología del relato negro I, Microantología del Microrrelato I y II, Asesinatos profilácticos, 2099 y El sabor de tu piel.

Con esta obra ha sido Accésit y Mención Especial del Jurado del V Premio El Espectáculo Teatral

Invasión!, de Jonas Hassen Khemiri

¿Quién es “Abulkasem”? ¿Un rapero? ¿Un súper-espía internacional? ¿Un poeta delsiglo V? ¿Su vecino de al lado? ¿Representa un peligro real? Todo depende de a quién se pregunte…

Al hablar de Jonas Hassen Khemiri hablamos de una de las realidades más firmes del panorama literario europeo. Nacido en Suecia en 1978 -de madre sueca y padre tunecino- es autor de dos novelas, una recopilación de relatos y varias obras de teatro. Escritor y dramaturgo, es un virtuoso de la lengua, a la que reinventa, enriquece y exprime hasta límites insospechados INVASIÓN!, ganadora de un premio OBIE 2011 a la mejor dramaturgia, es un tornado de palabras, imágenes e ideas alrededor de un nombre mágico: “Abulkasem”.
“Abulkasem”, personaje antes que persona, de biografía maleable (de agitador cultural a terrorista) sirve de abracadabra para abrir la cueva de sentimientos encontrados.

INVASIÓN! ha tenido un largo recorrido por los escenarios de Suecia, Noruega, Francia, Alemania, Austria, Corea del Sur, Reino Unido y EEUU hasta llegar con éxito a los escenarios de España de la mano de Plomo Candente Teatro, compañía centrada en un teatro joven y socialmente comprometido.
Leer más en http://www.edicionesirreverentes.com/teatro/Invasion.html