26.8.13

Entrevista a Alejandro Colubi sobre el cierre de teatros

-¿Cómo profesional del teatro, qué sensación tiene con la noticia del cierre de tres salas y la posibilidad de que en el resto de año puedan cerrar más salas?
-La sensación es de impotencia y de desolación. Impotencia por ver y padecer la incompetencia de unos políticos (inservibles a todo lo que no sean ellos mismo y sus chiringuitos de casta) y no poder hacer nada para cambiarlo. Desolación, porque estamos ante la desaparición anunciada de un sector (el privado) que es el motor general del Teatro, y porque lamentablemente van a cerrar o desaparecer bastantes teatros más.
 
 -¿Los empresarios teatrales sienten que hay competencia desleal por parte de las administraciones públicas? ¿Por qué?
-No solo sentimos la competencia desleal, sino que la padecemos. Hay tal invasión de espacios y de ofertas, con el dinero de nuestros impuestos, que en vez de ser complementarios y crear sinergias conjuntamente, se están convirtiendo en nuestros sepultureros y tienen las miras tan altas que no se dan cuenta que nuestra destrucción será la suya también.
 -¿Qué medidas concretas (y realizables) demandaría al Estado Central, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos para que la industria teatral pueda sobrevivir con dignidad?
-Bajar el IVA al 2.5% para las 140 primeras funciones, y el 5.5% a partir de la representación 141 (como en Francia).
- Que los locales de Teatro estén exentos del IBI como “templos” de la cultura, dado que por calificación urbanística no pueden ser dedicados a otra actividad.
- Que las inversiones en cultura y principalmente en Teatro gocen de exenciones como las “empresas estratégicas” y las de bienestar general.
- Que nos ayuden a crear un fondo común para las producciones, equivalente al de Francia.
-Quizá pueda parecer una pregunta ingenua, pero ¿qué colaboración han tenido por parte de la todopoderosa SGAE los empresarios teatrales en estos años para hacer viable su trabajo?
-Por parte de la SGAE no solo no hemos tenido ningún tipo de ayuda sino que por el contrario han invadido, como elefante en cacharrería, el campo de la exhibición con dinero que no les pertenece.
Por otra parte están intentando, en plan “bolchevique” crear un impuesto de pagos mínimos para aquellos locales que precisamente facturen poco. Es decir, para apuntillar el que está moribundo